1.6 BUDISMO
El año de 1956 marca los dos mil quinientos
años del Parinirvāna del Buda y de acuerdo con una antigua tradición
sostenida por millones de budistas conduciría a un período en que el Dhamma, el mensaje del Buda, se
extendería a través del mundo, los gobiernos poco a poco se inclinarán
hacia la justicia, y habría una incremento
de la paz y la felicidad.
La profecía anterior puede que no sea más que
una esperanza milenarista. Sin embargo, el Budismo tiene un mensaje muy
importante para el mundo moderno. No
es una fe en un dios imaginario o alguna deidad ante quien toda responsabilidad
es entregada. Es fe en el ser humano.
El Budismo da completa responsabilidad
y dignidad al ser humano, y lo hace su propio maestro.
El Budismo es absolutamente humano. Entre todos
los grandes maestros religiosos, Buda ha sido el único que no declara ser otra
cosa que un ser humano. No reclamó
ser un mensajero divino, y atribuyó su realización y logros al esfuerzo y la
inteligencia humana.
Buda exhortaba a sus discípulos a ser refugio
para sí mismos, y no buscar ayuda o refugio en algún otro lado.
Enseñó, estimuló y alentó para que cada persona se desarrollara totalmente y
trabajara su propia emancipación, pues a
través de su propia inteligencia y esfuerzo, el ser humano posee el poder de
liberarse a sí mismo de toda servidumbre. Buda dijo: "Ustedes
deberán hacer el esfuerzo por sí mismos, pues los tathāgatas
sólo señalan el camino."
Debemos recordar, en primer lugar, que las enseñanzas de Buda constituyen una
forma de vida que debe ser practicada y experimentada en la vida diaria,
en nuestra vida social y política, aquí y ahora. Son un vasto y completo
sistema de enseñanzas ético filosóficas y psicológicas basadas en un método
altamente analítico y científico, el cual se dirige a los aspectos profundos de
la vida humana. Son un camino que conduce, gradualmente, al ser humano a través
de su propia disciplina y desarrollo moral, intelectual y espiritual, a la más
alta comprensión de la verdad absoluta, la
realización del Nirvāna.